Llegamos a Mazatlán, Sinaloa para comenzar con la segunda semana de encuentros con las y los compañeros del movimiento. Durante estos días, haremos patria en el norte del país. Muchísimas gracias por el caluroso recibimiento, ¡Amor con amor se paga!
Fue un honor encontrarnos con la gente buena y trabajadora de Culiacán. En nuestro movimiento se privilegia la lealtad, la unidad y la generosidad. Somos un solo equipo cuando de defender al pueblo se trata. Aquí cabemos todas y todos los que queramos transformar a México.
«El Presidente López Obrador es mi maestro, pero también el de muchas generaciones de mexicanos que enfrentan la corrupción y la calumnia».
Valoro el respaldo y la calidez del pueblo mazatleco. Con su apoyo, nada nos detendrá en esta lucha por consolidar el cambio verdadero.
La transformación es una realidad palpable: vivimos en un México con más oportunidades para todas y todos.
Este movimiento se construyó con tres herramientas: suela, sudor y saliva para verbalizar los sueños que después se convirtieron en realidad.